Lomos y Costillas
Escrito por: Yazmín Ojeda
Nunca antes había oído alguna historia de cómo se inició un negocio, me parecía algo irrelevante, lo único que me importaba era que la comida fuera rica.
Este es el caso de Lomos y Costillas, que nació hace seis años en un local muy pequeñito, donde vendían anticuchos, brochetas, parrillas, etc. y que poco a poco se fue convirtiendo en uno de los favoritos de la gente, incluso hasta de las personas de la clase alta en la sociedad piurana.
Diego Cruz López era el típico joven lleno de sueños y uno de ellos era tener un negocio de comida. Sufrió mucho al principio, la gente no llegaba y habían ocasiones que solo vendía una brocheta. Se ponía a pensar muchas veces si debía cerrar el negocio, pero nadie se da por vencido tan rápido, mas aún cuando el amor por su familia era su gran impulso a continuar. Quería llegar lejos, quería impactar en el mercado, quería ser reconocido y que su restaurante sea uno de las más concurridos en la ciudad.
Es muy cierto que siempre se ha comido bien en el Perú, sobre todo en el norte, donde abundan mil y un sabores de nuestra gastronomía. En el caso de Lomos y Costillas, su especialidad en cuanto a las parrillas, le ha dado un gran aporte a nuestra cocina, con decir que el señor Diego Cruz le ha dado un sentido de proyección a la gastronomía, siendo galardonado con un reconocimiento a nivel regional y apunta a nacionalizarse.
El impulso inicial de Daniel tuvo un componente inclusivo que permitió aunar esfuerzos por parte de muchos cocineros y cocineras, lo que ha permitido que se avance en el sueño de que “las parrillas son tan peruanas como el ceviche”.
Pero tan o quizá más valioso que eso sea el orgullo que se percibe entre el personal del restaurante, al sentirse parte de un proceso de desarrollo que tiene a la gastronomía peruana como eje.